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Lectura colectiva,
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Sigo a la espera de recibir el libro.
Confirman en Correos que hay retraso, y que es normal que no me haya llegado.
Confirman en Correos que hay retraso, y que es normal que no me haya llegado.
Como el autor tiene la gentileza de dejarnos leer dos capítulos y el índice,
con su regalo previo, haré el post correspondiente a la lectura de esta semana.
Comienza con un fragmento del poema Noches de Prusia de Alexander Solzhenitsyn, en el que se puede apreciar la brutalidad y el sinsentido de las guerras.
Encuentro en la Red, esta traducción:
Encuentro en la Red, esta traducción:
Noches de Prusia
"Las paredes acallan el gemido
de la madre herida que aun respira.
Su hijita yace en el colchón muerta.
¿Cuántos se le han echado encima?
¿un pelotón?, ¿una compañía?
Una niña ha sido convertida en mujer,
una mujer en cadáver...
La madre suplica
¡Soldado, mátame!
Y todo viene a ser simples frases:
¡no olvides!
¡no perdones!
¡sangre por sangre! ¡diente por diente! "
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pág. 10* Fragmento del poema 'Noches de Prusia' escrito tras la experiencia de Alexander Solzhenitsyn durante la toma de Königsberg, cuando el futuro Premio Nobel, era soldado voluntario del Ejército Rojo.
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Destaco esta pregunta que se hace el autor, porque es la que nos viene a la cabeza, nada más leer el resumen de lo que íbamos a encontrar en las páginas del libro.
Copio
Pág.18..."¿Habrá alguien -me pregunto al inicio de mi propio viaje-
capaz de comprender su amor a la antigua, tal vez un poco cursi, infectado de
romanticismo? ¿Seré yo capaz de hacerlo comprender en un tiempo donde todos
estamos de vuelta, inmunizados contra cualquier sentimiento que –como ya
predijera Bécquer- no pueda ser traducido a cifras en un cheque bancario?
No lo sé. Las cartas de Edelgard tienen para mí un embrujo
difícil de explicar. Tantas veces las he leído que sus palabras han acabado por
confundirse con las mías. Ellas son el origen y el sustento de mi viaje. Durante toda una vida, no sólo en su camino a Flensburg, las
palabras de Edelgard acompañaron a José. Pero ambos compartimos los genes de un
romanticismo tardío y una adolescencia incurable y errática, que se agrava con
los años."
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Nos ocurre como a José Antonio Abella, y como también somos románticos, nos sentimos atraídos por
Copio
pág. 33[...]"17 de enero 1949[...]"Terminamos la tarde en casa de Belando
escuchando música:
Obertura de “Egmon”, la de “La flauta mágica”, los "Cuentos de Hoffmann" y el “Andante” de la 5ª Sinfonía de Beethoven.
Cada día siento que me gusta más la música. Despierta
en mi ideas inexpresables y me hace sentirme feliz..., o desdichado a veces."
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Pág.26[...] 1 de enero 1949
[José Fernández Arroyo ] Por la tarde he estado en el cine viendo una preciosa película La señora Parkington."
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MIS OTROS BLOGS:
La música es una parte importante en esta novela. Siento que aún no te haya llegado.
ResponderEliminarBuenas noches, profesor Ojeda:
ResponderEliminarEstoy esperando la hora del cartero, como imagino harían Edelgard y José.
Enlazo la música que nos deja Isla del Naúfrago, para 'La sonrisa Robada'.
Abrazos
Esperando al cartero, nos ofreces mucho y muy bueno. Sé que te gustará mucho porque Edelgard habla de la música con pasión. Y de las flores y del amor. Románticos incurables los dos josés.A Abella, abeja, lo conoceré el martes 13, haré mi crónica.
ResponderEliminarBesos
Buenas noches, Abejita de la Vega:
ResponderEliminarEl martes, no tengo duda, será un estupendo encuentro con el autor. Leeré todo lo que nos cuentes.
Abrazos
P.D.: Me gustan las esculturas de nuestro paisano. Al ver el monumento a la trashumancia, pensé en Cipriano Salcedo y en la reina del Páramo de 'El hereje' de Delibes.
Solo los espíritus muy sensibles son capaces de un amor así.
ResponderEliminarBuenas noches, Paco Cuesta:
ResponderEliminar¡Qué sentimiento el del amor!
Tantas personas en el mundo, y sentirse atraído por alguien en especial.
Abrazos.
Como siempre, un post muy documentado y, además, interesante. En otro rato escucharé los audios.
Un abrazo
· LMA · & · CR ·