23 octubre 2014

Segundo Tomo del Ingenioso Hidalgo DON QUIJOTE DE LA MANCHA -ALONSO FERNÁNDEZ DE AVELLANEDA (6)



- Portada del Quijote de Avellaneda  -  
Fotografía sacada de Wikipedia

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Alonso Fernández de Avellaneda es el seudónimo del autor del libro conocido como el Quijote de Avellaneda (título original: Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha), publicado en Tarragona el año de 1614. Hasta el momento, no se ha podido dar con su verdadera identidad.

Quijote de Avellaneda, continuación del Quijote, escrita por el escritor anónimo cuyo seudónimo fue « Alonso Fernández de Avellaneda »






De la no menos estraña que peligrosa batalla que nuestro caballero tuvo con una guarda de un melonar que él pensaba ser Roldán el Furioso


"Caminaron la vía de Zaragoza el buen hidalgo don Quijote y Sancho Panza, su escudero, y anduvieron seis días
[...]en Ariza hacer él proprio un cartel y fijarle en un poste de la plaza, diciendo que cualquier caballero natural o andante que dijese que las mujeres merecían ser amadas de los caballeros, mentía, [...]merecían ser defendidas y amparadas en sus cuitas, como lo manda el orden de caballería; pero que en lo demás, que se sirviesen los hombres dellas ...
[...] pues desengañaban bien de cuán gran locura era lo contrario las ingratitudes de la infanta Dulcinea del Toboso. Y luego firmaba al pie del cartel: El Caballero Desamorado.
[...]cerca de Calatayud, en un lugar que llaman Ateca,[...]y vio, en medio de un melonar, una cabaña y, junto a ella, un hombre que la estaba guardando con un lanzón en la mano. Detúvose un poco mirándole de hito a hito, y después de haber hecho en su fantasía un desvariado discurso, dijo:
[...]aquel que allí ves con la lanza o venablo en la mano es sin duda el señor de Anglante, Orlando el Furioso,  
autor pintura: Peterzano

Éste es aquel furioso Roldán que, de rabia y enojo porque un moro de Agramante, llamado Medoro, le robó Angélica la bella, se tornó loco 

Felipe III por Juan Pantoja de la Cruz, realizado en torno a 1601
[...] seré nombrado por el mundo y será temido mi nombre; y, finalmente, sabiéndolo el rey de España, me enviará a llamar
[...] llevaremos, la cabeza en esas alforjas, el rey la mirará y dirá: «¡Ah Roldán, Roldán, y cómo siendo vos la cabeza de los Doce Pares de francia habéis hallado vuestro par!
[...] Sancho, que había estado muy atento a lo que su amo decía, le respondió diciendo:
-Señor Caballero Desamorado, lo que a mí me parece es que no hay aquí, a lo que yo entiendo, ningún señor de Argante; porque lo que yo allí veo no es sino un hombre que está con un lanzón guardando su melonar, 
[...] ¿Quién le mete a vuesa merced con Giraldo el Furioso ni en cortar la cabeza a un pobre melonero? ¿Quiere que después se sepa, y que luego salga tras nosotros la Santa Hermandad y nos ahorque y asaetee, y después eche a galeras por sietecientos años, de donde primero que salgamos ternemos canas en las pantorrillas? 
[...]-¡Oh Sancho, Sancho -dijo don Quijote-, y qué poco sabes de achaque de aventuras! 
[...] Yo, Sancho,..... el día que entrare en Zaragoza, la cabeza deste Roldán en una lanza, con una letra debajo della que diga: VENCÍ AL VENCEDOR
[...]Y  si acaso, por ser varios los peligros de la guerra, muriere en esta batalla, llevarme has a San Pedro de Cardeña; que muerto, estando con mi espada en la mano, como el Cid, 
[...]-Yo lo prometo, señor -dijo Sancho-, si Dios le lleva para sí,[...]le tengo de llevar a enterrar a Constantinopla.
...El melonero, que vio venir para sí a don Quijote con la lanza en la mano y cubierto con el adarga, comenzóle a decir que se tuviese afuera; si no, que le mataría a pedradas. 
[...]Rocinante y el jumento señores absolutos del melonar,
[...]el melonero vino con otros tres harto bien dispuestos mozos, trayendo cada uno una gentil estaca en la mano; [...] a don Quijote, que por su desgracia se había quitado el morrión, le dieron tres o cuatro en la cabeza, con que le dejaron medio aturdido y aun muy bien descalabrado. Pero Sancho lo pasó peor, que, como no tenía reparo de coselete, no se le perdió garrotazo en costillas, brazos y cabeza
[...] Los hombres, sin curar dellos, se llevaron al lugar, en prendas, el rocín y jumento por el daño que habían hecho.
[...]-¡Oh buen escudero y amigo -respondió don Quijote-, has de saber que el traidor que desta suerte me ha puesto es Bellido de Olfos, hijo de Olfos Bellido.
[...]-¡Ay, asno de mi ánima!, ¿y qué pecados has hecho para que te hayan llevado de delante mis ojos? Tú eres la lumbre dellos, asno de mis entrañas,
BALAAM Y LA BURRA
[Balaam y el ángel. Nuremberg Chronicle (1493).

[...]¡Oh señor! -dijo Sancho-, ¿no quiere que me lamente, ¡pecador de mí!, si me dijeron en nuestro lugar que este mi asno era pariente muy cercano de aquel gran retórico asno de Balán, que buen siglo haya? 
[...]dijo don Quijote-, para lo pasado, no hay poder alguno, según dice AristótelesY así, lo que por ahora puedes hacer es tomar esta maleta debajo del brazo y llevar esta albarda a cuestas hasta el lugar, y allí nos informaremos de todo lo que nos fuere necesario para hallar nuestras bestias.
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"Orlando Furioso" RV 728 for Baroque Mandolin"

" Aria  Sol da te " RV 728 • A.Vivaldi (1678-1741)

CD La Volta "Hermes Invention" -Hübscher, Jürgen 





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8 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Me temo que este Orlando no es el del melonar...
Por cierto: qué nuevo sentido he visto en lo de Rocinante y el rucio como señores del campo de batalla...
Gracias.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Ay, las batallas por los campos y los guardadores del melonar estacas en mano, y Rocinante y el rucio...
No, ni Orlando es.

Un abrazo

pancho dijo...

Tu selección es la demostración más clara de la amplitud cultural que atesoraba el escritor. Sabía de todo y a fondo este buen escritor.
Me imagino a las dos monturas a sus anchas en el melonar. No me extraña el cabreo del melonero.
Sancho cobró el que más al no llevar protección del coselete (qué palabra).
Un placer pasarme por aquí para repasar tus resúmenes y ampliaciones. Debería hacerlo con más asiduidad, pero muchas veces por pereza y otras por falta de tiempo...
Un abrazo.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, pancho:

Se sabía el libro de Cervantes, y mucho más, pero el sello de cada uno es como la huella digital.
No te imagino perezoso. En cada aporte de las entradas empleamos mucho tiempo, que al fin y al cabo dejamos pensando que pueda servirle a alguien.
Y tú eres un ejemplo de constancia y buen hacer en la Red.

Abrazos

Abejita de la Vega dijo...

Con las notas del cura pelirrojo, te escribo esto y creo que ambienta bien el pasaje del melonar, aunque Vivaldi no conociera las tierras de España.

Don Quijote, este don Quijote, está patético hablando de vencer a Orlando con un alfiler de a blanca, que debían ser muy finos. Y las alforjas de Sancho con las cabezas del mítico personaje. Y el rey de España haciéndose cruces. Y Sancho corta, que es un guarda que vigila los melones para que los que van de festejo no le roben los melones. Qué palos y pedradas van a llevar.
Las notas de Vivaldi van ahora muy rápidas. Se acabó, lo volveré a escuchar. Gracias amiga Gelu.
Te envío un abrazo.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

El tema del "alfiler de a blanca", demuestra que el de Avellaneda le guardaba a Cervantes la réplica desde el capítulo XXVI- I .
Lope de Vega, había dedicado obra a Bernardo del Carpio, y relacionaba su apellido con el héroe.
Enlazo la información de wikipedia sobre la ópera, Orlando furioso. (¡Vaya caricatura hizo de Vivaldi, el tal Pier Leone Ghezzi! ).

Abrazos.

Ele Bergón dijo...

Querida Gelu

Te vengo a saludar y ya veo que sigues con tus maravillosos enlaces, en especial de vídeos como este Aria de Vivaldi. No lo conocía. Me ha gustado.

El Sanchico te manda un saludo. Parece que se ha cansado de leer al Avellaneda.No obstante te seguiremos visitando.

Un abrazo

Luz

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Luz:

Me ocurre como a Sanchico. No llegaré al final.
Hay que reconocer las muestras de sensatez de este Sancho, después de tantos malos ratos como le hace pasar su señor.
En el fondo, pienso que el autor –apócrifo- lo que quería, aparte de irritar a Cervantes, era que el lector perdiera el afecto hacia el Quijote y su escudero.

Abrazos.