19 enero 2016

JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS- D.ª EMILIA PARDO-BAZÁN



Fecha de Emisión: 27/01/1972
Valor facial del sello: 15 pesetas
Dentado: 12 3/4
Medidas: 40 x 25 mm.
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La señora Condesa de Pardo-Bazán es una germanòfila vergonzante, del grupo de las científicas. Doña Emilia que habla de muchas cosas de memoria, desde que la hicieron Profesor de la Central -por algo la señora Condesa pertenece a la hornada de Burell- y antes de que la nombraran, doña Emilia que va llegando a una lamentable chochez espiritual, va dejando de ser eximia. Lo lamentamos por ella, que tenía tal apego al mote este que a nosotros nos excomulgó una vez por llamarla a secas distinguida. Fué la Condesa a Salamanca a una velada conmemorativa del poeta Gabriel y Galán. En una revista que hacíamos unos cuantos muchachos Gente joven la llamé distinguida. Ya en el coche-salón mostró su disgusto la autora de Los Casos de Ulloa, ante la Comisión de fuerzas vivas, apenas hubimos salido de Medina del Campo. Los tres o cuatro días que permaneció doña Emilia en Salamanca me puso un hociquito de cuatro varas. Y al despedirme, ya más reconciliada conmigo porque la preparé un buen recibimiento en Alba de Tormes donde la charanga la saludó a los acordes del paso doble de Machaquito, la eximia me dijo gentilmente:
-¡Ego te absolvo!
La absolución de la sacerdotisa gallega conmovió mis entrañas, pero sus libros, sus artículos, me gustan cada día menos.
Decía que Doña Emilia -¡perdón!-  decía que Madame la Comtesse- no se apea del título aunque la aspen -es una germanòfila vergonzante. Con sus reservas, con sus distingos, pero germanófila al fin y a la postre. Elle parte de ciertos principios biológicos para justificar su postura ante la guerra, como si esta postura no estuviera suficientemente justificada con decir que los periódicos germanófilos pagan mejor su colaboración que los de la acera de enfrente. Así, en Los Lunes de El Imparcial, correspondiente al 26 del mes pasado, en un artículo titulado Dice el doctor, diserta la señora condesa sobre el instinto, a propósito del libro del Dr. Turró, Los orígenes del conocimiento. «Lo único que nos está permitido -escribe doña Emilia- es encontrar en el libro un pretexto para cribar nuestras ideas personales.» Pase la metáfora gañanesca por una vez, pasen las alusiones de la`profesora a sus lecciones universitarias; lo que no puede pasar es su aserto de "que la necesidad de nutrirse dió nacimiento a la civilización y al arte". Asoma ya su oreja la señora catedrática. "El hambre -dice con otro motivo- es el estímulo más constante y decisivo para despertar la inteligencia, no ha de dudarse". "La caza nace del hambre, y del hambre también, la guerra"
¿Comprendéis? Demasiado, tal vez, ¿no es eso, Doña Emilia, ante el libro de Turró, que ha entendido a medias allí donde lo ha entendido, trata de cohonestar la posición de los Imperios Centrales, haciendo el elogio de la fuerza bruta, de la ausencia del honor colectivo, del incumplimiento de la promesa hecha, en nombre del instinto, del hambre de territorios, del anhelo de formarse podando a los dèbiles, porque el instinto es superior a todas las leyes, ya que del instinto surgen y el instinto, el puro instinto, las formula.
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Esta Doña Emilia -¡perdón!- esta señora Condesa de Pardo-Bazán es así: Germanófila, Conservadora, Reaccionaria, Admiradora -aunque ella no lo dice- de Sánchez Guerra en la política, del Marqués de Figueroa -su paisano- y de Cavestany en lo literario, del gallardo y hermoso general Wegler en lo militar. Luego, este ambiente en que se mueve la señora Condesa la va perdiendo sin remedio. La moda es estar con Alemania; además el príncipe de Ratibor da excelentes comidas en la Embajada. Y Lola la Duquesa, Paquita la Generala, la Alvarez de Arellano de Castilla y de Aragón, y la Rodríguez de Córdoba Murcia y Portocarrero son germanófilas. En Palacio no sientan mal ciertas preferencias. Y Jaime su retoño recoje el mismo eco en la Gran peña, aunque su hijo político, el general de Cavalcanti y de Alburquerque, el héroe de Taxdir, parezca un aliado de tomo y lomo, después de su regreso de Udine, sobre todo.
No nos venga Doña Emilia apedreando con su nombre y cuantiosa labor literaria. La conocemos y la recordamos perfectamente. Doña Emilia ha conocido todos los recovecos y sutilezas del estilo, pero los mundos de la emoción han estado siempre herméticamente cerrados para ella. El precioso vestido recamado y adornado de piedras preciosas alguna vez, ha encerrado bellos cuerpos, pero eran fríos y de mármol; de carne, nunca. No ha vibrado jamás Doña Emilia ante el alma de las cosas. Aun en su época rabiosa de naturalismo, su naturalismo era una inclinación regional, galaica, tolerante con los pecadillos del espíritu, o también un recetario para el arte de escribir novelas, antes que una actitud espiritual adoptada con plena conciencia artística. En cuanto a sus libros de cocina, nos dice un gourmet  inteligente que en todos sus platos recomienda el ajo, condimento que explica, entre otras cosas, sus amores por los yantares teutónicos, además del origen suevo de los galaicos. ¿O será la germanofilia pardobaziana una simple fase del regionalismo gallego? ¿O querrá hacer la competencia a Génova con ese bulo del nacimiento de Cristóbal Colón, Chi lo sa
Lo que sabemos es que en Pontevedra Doña Emilia es nea. Ella no lo sabría y casi, casi, tampoco nosotros antes de estallar la guerra. Pero al fulgor de los resplandores que lanzan los proyectiles con que se destrozan los hombres en el altar de Europa, en su espíritu lucían las hogueras rojas de la Inquisición de los Felipes. Hermoso espectáculo estético: ¿no es verdad, Señora Condesa?
Madrid, diciembre de 1917
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Enlazo de YouTube:

https://www.youtube.com/watch?v=T4lPKILVCMI
"La escritora Emilia Pardo Bázan (La Coruña, 1851 - Madrid, 1921) filmada alrededor de 1920
Las únicas imágenes disponibles de la autora, rescatadas por la Filmoteca Española."

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Dejo el enlace
http://www.casamuseoemiliapardobazan.org/
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A modo de explicación

Una vez finalizada la novela naturalista LOS PAZOS DE ULLOA, 
dirigida por el profesor Ojeda de 'La acequia' y seguida por los compañeros de la lectura colectiva, se me ha ocurrido preparar la entrada, con este artículo de José Sánchez Rojas
escritor que me tiene ocupada desde hace unos años.
Como siempre, quiero destacar el excelente trabajo de Gerardo Nieto Arias, 
Blog ENTRE EL TORMES Y BUTARQUE,  
y su apartado de Hemeroteca, de donde he obtenido el texto, publicado en IBERIA, (8-12-1917)
el cual he procurado transcribir de la manera más exacta, sin corregir algunas de las palabras que en la revista aparecían con errores ortográficos.


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MIS OTROS BLOGS:

9 comentarios:

pancho dijo...

Me gustaría saber si doña Emilia le contestó algo a tanto desnuesto sin ton ni son o lo ignoró. Me suena a algo de envidia literaria. No se puede escribir tan bien como la Pardo Bazán sin echar el resto de todo lo que ella llevara dentro, desde el punto de vista emocional, cultural o de cualquiera.
Y mira que me cae bien este Sánchez Rojas.
Buen hallazgo. También las imágenes.
Un abrazo.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, pancho:

Recientemente, hemos podido apreciar el arte de esta gran escritora en la lectura de 'Los Pazos de Ulloa', de 1887. Y los homenajes, conferencias y publicación de sus escritos eran constantes.
Desde la aparición de esta novela hasta el momento del artículo de José Sánchez Rojas, habían transcurrido 30 años. Y el periodista albense era cronista. Habla de los escritos, pues leamos el texto completo y analicemos lo que dice.
En una entrevista en ABC podemos leer las palabras de doña Emilia a las preguntas del entrevistador R.Martínez de la Riva:

-"¿En qué periódicos colabora usted con más asiduidad?"
-"En varios, y sin distinción de matices. Ahora, con motivo de la guerra, ha dado la gente en fijarse mucho en eso. Yo me he limitado a enviar colaboración a quienes me la han demandado"

Dejo enlaces: A B C -17 de noviembre 1918 –pág.12
pág.13
pág.14

Un abrazo.
P.D.: Que conste que fue en tu Blog donde encontré la primera referencia a José Sánchez Rojas. ¡Y mira que le he dedicado tiempo!

Abejita de la Vega dijo...

Toda persona tiene sus claros y sus oscuros. Sánchez Rojas nos da una visión muy sombría de doña Emilia Pardo Bazán. Pudo ser que chocheara en sus últimos años y que cayese en las filias y en las fobias irracionales que preceden a una guerra. Tal vez cayera en la soberbia, un pecado en el que es fácil caer desde el pedestal de marquesa, catedrática y escritora eminente. Fue una mujer excepcional aunque también es cierto que fue una privilegiada. Pero otras han usado el privilegio para llevar una vida vacía y la de Emilia estuvo muy llena. Fue una gran escritora y una mujer muy culta, no hay duda. Y crítica con la política de su tiempo y con el estado ruinoso del país.

No se lo he comentado a nadie. Pero recuerdo que mi abuela materna, cordobesa y lectora, decía que la Pardo Bazán había sido una buena escritora pero que, en los últimos años, se había vuelto "una vieja verde". Mi abuela Luisa murió cuando yo tenía unos catorce años pero no se me olvidó. Me ha venido a la cabeza leyendo a Sánchez Rojas.

Un placer pasar por aquí, leerte y pinchar tus enlaces. Pobre doña Emilia, qué problema de obesidad.

Un abrazo. Gelu.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, Abejita de la Vega:

Que fue una mujer culta se nota en sus escritos. Había viajado y leído mucho, y lo había asimilado y recreado con su gracia y su saber.
Daba valor al dinero. Y supo cobrar su trabajo. Le hicieron un buen monumento en su ciudad y recibió homenajes allá por donde fue a impartir su oratoria.
Se relacionaba con la aristocracia. ¿Dónde iba a lucir, si no, esos vestidos tan costosos?
Siempre me gustaron sus escritos, especialmente sus cuentos. En esta lectura de ‘Los Pazos de Ulloa’, no me ha decepcionado. Al contrario. En Burgos tengo sus libros en edición antigua, por ese motivo no me los compré.
Sánchez Rojas, vivía la prensa. Y algunas declaraciones de la Condesa debían irritarle. Y se entiende.

Abrazos.
P.D.: En esto de los nombres también coincidimos con los de las abuelas. La madre de mi padre, de Briviesca, también se llamaba Luisa.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

El carácter de doña Emilia le granjeó polémicas. No es que se las encontrara, es que las buscó. Contradictoria y de fuerte personalidad. En algunas cosas debemos considerarla muy avanzada para su tiempo, en otras no. Interesante esta entrada. Y un regalo el vídeo.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Pienso que a doña Emilia le resbalaban las críticas. Tenía cultura e iba a lo suyo. El dinero da mucha seguridad, y ella lo tuvo siempre.
Curiosos el destino y el tiempo, escribiendo siempre las novelas finales, al encargarse de que su patrimonio y lo conseguido con las letras -en tantos años-, pasara a quienes se hicieron con terrenos, inmuebles, objetos y papeles.

Un abrazo
P.D.: ¡Cómo sabe, usted, provocarnos y hacer que continuemos la lectura, en esta ocasión con ’La madre naturaleza’!

Anónimo dijo...

Sin duda que tras leer Los Pazos todos hemos corrido a leer la segunda parte, que no por previsible es menos interesante.

Ya no recuerdo si hemos comentado los aspectos de folletín, ese dejar las cosas en suspense, y la primera entrega con la puerta abierta a la segunda.

Gracias por el enlace a la fundación.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, coroentreaguas:

Veamos lo que nos dice Wikipedia sobre folletín.

En la vida real se dan situaciones -y ocurren cosas- que parecerían inverosímiles si se escribieran; más aún, para el lector ajeno a ellas.
El único esfuerzo que hay que hacer para adentrarse en los Pazos, es trasladarse a aquellos años.

Un abrazo.

Paco Cuesta dijo...

Un espíritu fuerte como el de doña Emilia está siempre en la frontera que separa lo políticamente correcto y su verdad desnuda.
Besos