18 febrero 2016

D. PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA - JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS


Calderón de la Barca  (anverso)
(Emisión Madrid, 15 de Agosto de 1928)
Billete 25 pesetas - reverso
('La devoción de la Cruz
pintor: Domingo Muñoz Cuesta)
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A modo de explicación
Cuando leía un libro me gustaba comentar el contenido, y contrastar opiniones.
Encontré en un artículo, de José Sánchez Rojas
«...En Alba de Tormes...en el castillo de la estancia de Alba de Tormes[...]que había de servir más tarde de destierro al grave y tieso Calderón de la Barca» [...]
Copio un fragmento del escrito publicado en 
 EL PUEBLO - DIARIO REPUBLICANO DE VALENCIA, del 23 de Octubre de 1926

« Los versos y los dramas de Pedro Calderón de la Barca están iluminados por las hogueras del Santo Oficio; sus imaginerías acusan la madurez de una decadencia; su pesimismo -tan admirado por los hermanos Schlegel- es la filosofía del escolástico, del fanático, del retórico conceptuoso y acartonado, ante el derrumbamiento que no se puede evitar. Una idea central hay en toda la obra de Calderón de la Barca: la vida es una sombra y un compás de espera; ante el mundo no cabe otro gesto que el de la contemplación indiferente; la divinidad señala la ruta de nuestros propios destinos y es vano el intento del entusiasmo y de la voluntad. Y pues los hombres son juguetes de un hado favorable o adverso, es inútil que reaccionemos; inútil y pecaminoso.
He aquí el hombre, he aquí la España de los Austrias que él simboliza maravillosamente en todo su teatro. Escolásticos grotescos que encierran toda la vida en un silogismo y que niegan el amor si no casa con los dos términos de un dilema. Un rey, absoluto, lugarteniente de Dios, más que hombre y menos que divinidad, que desencadena guerras, destruye pueblos y recibe inspiraciones de lo Alto en informes reservados y confidenciales. Un pueblo apartado de los negocios públicos -soldados, plebe y gente- actuando de gracioso, destilando grosería e incomprensión, rascándose las llagas ante los rayos solares que iluminan constantemente los dominios del rey. Una política de privados y de validos, concertando matrimonios de príncipes que no se conocen, viviendo del cohecho y de la intriga, astutos, lujuriosos y corrompidos. Una religión que no es freno de conciencias, sino razón de Estado.
[...]Los reyes han ido escamoteando sucesivamente el espíritu democrático y municipal de Castilla, y como el de Castilla, el de toda España. Carlos I ha saqueado el país, ha disuelto las Cortes y ha colgado a los comuneros en el rollo de Villalar Felipe II, su hijo, el de la Armada Invencible, lucha con denuedo contra la Reforma. Felipe III es un juguete de los validos. Felipe IV...
En el reinado de Felipe IV luce sus cualidades y excelencias de pirotécnico mayor del reino don Pedro Calderón de la Barca. Vasallos y monarcas se corresponden perfectamente.
[...] Felipe IV, después de arrancar a la Calderona de los brazos del duque de Medina de las Torres y de tener con ella hijos adulterinos, la recluye en un convento y comienza a sentir una gran ternura por su esposa doña  Isabel de Borbón, ha de admirar necesariamente a este escolástico del escamoteo, de la resignación y del oportuno arrepentimiento.
Calderón de la Barca representa, para muchos, el momento del apogeo de nuestra grandeza.
Calderón, sin embargo, es un ídolo al que conviene derribar. Sus damas tapadas, sus soldados vengativos, sus clérigos violentos, sus criados groseros y desleales, anuncian la mueca inexpresiva de Carlos II el Hechizado...» JOSÉ SÁNCHEZ ROJAS
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https://www.youtube.com/watch?v=CeaqsLLtuiQ
'Video sobre la vida, la obra y la circunstancia de Calderón de la Barca'

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7 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Bien traído este artículo para comprender la mentalidad calderoniana en su contexto.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Cuando escribe José Sánchez Rojas el artículo -tres siglos después de Calderón-, la situación en las gentes del campo no era muy diferente de la padecida por los villanos pobres de Zalamea.

Un abrazo.

La seña Carmen dijo...

Por mucho que a mí me digan, cuando cuento cosas de mi infancia, que si he vivido en la Edad Media, creo que algo sí se había ganado en los pueblos de España para los labradores, con o sin tierras, aunque estos últimos tuvieran que agachar la cerviz ante los numerosos caciques más veces de las que quisieran.

Calderón fue un hombre de su época, como el resto de sus colegas, cada uno a su modo. No sé si me gustaría tenerlos a mí por compañeros, ni tan siquiera por vecinos.

Abejita de la Vega dijo...

Sánchez Rojas describe atinadamente sobre Calderón,su teatro y su época. El país se venía abajo, en Felipe IV ya se anunciaba la mueca del Hechizado Carlos II, el último de los Austrias españoles, enfermizo, débil mental, supersticioso, casi analfabeto. La bancarrota total. Tiene razón S.R. el teatro de Calderón está iluminado por las hogueras de la Inquisición. El campo se despoblaba y había que dar una concesión a los villanos labradores. Ahora tenéis el honor.

Un abrazo, Gelu. Gracias por traernos a Sánchez Rojas.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Carmen Ugarte:

La gente joven debería leer más, por gusto. Entonces se darían cuenta de lo que ha costado llegar a la situación actual, que ellos conocen.
El país repleto de gentes hambrientas, mal calzados, analfabetos, temerosos en la tierra, mientras los jóvenes desaparecían de los campos para ir a las batallas de turno. Y en las ciudades las catedrales con retablos dorados, y en cada pueblo su iglesia.
¡Cómo no iba a haber pícaros, mientras tenían fuerzas, aunque únicamente fuese para sobrevivir!

Un abrazo

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

José Sánchez Rojas, contaba cómo -tres siglos después- veía de niño a los que pasaban por su pueblo y que llegaban hambrientos, enfermos, harapientos.
Los muchos mendigos que había en todas partes.
La emigración de pueblos enteros.
¡Qué diferente Cervantes de Calderón!

Un abrazo

Paco Cuesta dijo...

Magnifico paseo por la historia.
Besos