13 enero 2016

LOS PAZOS DE ULLOA (6) EMILIA PARDO BAZÁN


D.ª Emilia Pardo Bazán 
(imagen de internet- wikisource)
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dirigida por el profesor Ojeda 

...
XXVII
"La persona en quien se notó mayor sentimiento por la pérdida de las elecciones fue Nucha. Desde la derrota, se desmejoró más de lo que estaba, y creció su abatimiento físico y moral.
[...][el capellán]pocos días después, volviendo de Naya, se tropezó con el médico. Éste detuvo su caballejo, y, sin apearse, contestó a las preguntas de Julián.
-«Puede ser grave...». Quedó muy débil del parto, y necesitaba cuidados exquisitos [...] Las mujeres nerviosas sanan del cuerpo cuando se les tranquiliza y se les distrae el espíritu[...] Mire, Julián, tendríamos que hablar para seis horas si yo le dijese todo lo que pienso de esa infeliz señorita, y de esos Pazos... Punto en boca... Bonito diputado querían ustedes enviar a las Cortes[...] Más valdría que sus padres lo hubiesen mandado a la escuela... 
P. Nieremberg
(imagen de internet)

[...]Tenía Julián a la mano siempre un ejemplar de la Imitación de Cristo;[...]traducción del P. Nieremberg
[...]A la misa en la capilla remozada asistía siempre Nucha, oyéndola toda de rodillas, y retirándose cuando Julián daba gracias
[...]Al alzarse, vio a Nucha también en pie, el índice sobre los labios. Perucho, que ayudaba a misa [...] La mirada de la señorita decía elocuentemente:
«Que se vaya ese niño».
[...]-Es preciso -declaró Nucha sin apartar de él sus ojos, más que vagos, extraviados ya- que me ayude usted a salir de aquí. De esta casa.
[...]es preciso acudir, para completarla, a las reminiscencias que grabaron para siempre en la imaginación del lindo rapazuelo, hijo de Sabel [...] 
8 maravedís-Isabel II
(imagen de internet)
[don Julián] solía darle dos cuartos una vez terminado el oficio divino).
El primer recuerdo que Perucho conserva [...] al salir de la capilla, quedóse muy triste arrimado a la puerta, porque aquel día el capellán no le había dado cosa alguna.  
[...]¡su abuelo le había prometido otros dos si le avisaba cuando la señora se quedase en la capilla después de oída la misa! 
[...]colóse en la habitación baja donde despachaba Primitivo[...] Cuando el nieto entró, la cara pulimentada y oscura de Primitivo [...] Lleno de esperanza, alzó la voz cuanto pudo, y dio su recado. Que la señora estaba en la capilla, con el señor capellán [...] Que le habían despedido de allí.
[...] Primitivo salió corriendo hacia el interior de la casa [...]
[...]-¡Mis dos cuartos!
-Te doy cuatro en casa si me ayudas a buscar por el monte al señorito y le dices, en cuanto lo veas, lo que me dijiste a mí, ¿entiendes? Que el capellán está con la señora encerrado en la capilla y que te echaron de allí para quedar solos.
[...]Iba Primitivo distraído, con el propósito de reunirse a don Pedro, y no miraba a parte alguna. Llegó a atravesar por delante del muro. El niño entonces vio una cosa terrible, una cosa que recordó años después y aun toda su vida
[...] Y en medio de la confusión de su tierno cerebro, de los terrores que se reunían para apocarlo, una idea, superior a todas, se levantó triunfante.
[...]Perucho entró triunfante por la puerta del hórreo[...]
Niño riendo Londres,National Gallery.

[...]El rapaz se sentó sin soltar a la nena, diciéndole mil chuscadas y zalamerías a fin de acallarla, abusando del diminutivo que tan cariñosa gracia adquiere en labios del aldeano.
[...]Sofocada y furiosa, vociferando, moliéndolo a su sabor a pescozones y cachetes, arrancándole el rizado pelo y pateándolo, estaba el ama, más enorme, más brutal que nunca. 
Tampoco Julián olvidará el día en que ocurrieron acontecimientos tan extraordinarios; día dramático entre todos los de su existencia, en que le sucedió lo que no pudo imaginar jamás: verse acusado, por un marido, de inteligencias culpables con su mujer, por un marido que se quejaba de ultrajes mortales, que le amenazaba, que le expulsaba de su casa ignominiosamente y para siempre; y ver a la infeliz señorita, a la verdaderamente ofendida esposa, impotente para desmentir la ridícula y horrenda calumnia. ¿Y qué sería si hubiesen realizado su plan de fuga al día siguiente?
[...] No olvidará aquellas inesperadas tribulaciones, el valor repentino y ni aun de él mismo sospechado que desplegó en momentos tan críticos para arrojar a la faz del marido cuanto le hervía en el alma, la reprobación, la indignación contenida por su habitual timidez
[...]No olvidará tampoco la salida de la casa solariega, ...En el suelo hay un bulto, un hombre, un cadáver.[...] Julián ha reconocido a Primitivo
[...]¡Ah! No, no olvida nada Julián. No olvida en Santiago, donde su llegada se glosa, donde su historia en los Pazos adquiere proporciones leyendarias, 
[...]No olvida cuando el arzobispo le llama a su cámara, a fin de inquirir qué hay de verdad en todo lo ocurrido,[...] No olvida cuando éste dispone enviarle a una parroquia apartadísima, especie de destierro, donde vivirá completamente alejado del mundo.
[...] Y así pasa el tiempo, uniformemente, sin dichas ni amarguras, y la placidez de la naturaleza penetra en el alma de Julián
[...] Y en aquel rincón viene a sorprenderle el ascenso, la traslación a la parroquia de Ulloa, especie de desagravio del arzobispo.
Diez años son una etapa, no sólo en la vida del individuo, sino en la de las naciones.
[...]Al pisar el atrio de Ulloa notaba una impresión singularísima. Parecíale que alguna persona muy querida, muy querida para él, andaba por allí, resucitada, viviente, envolviéndole en su presencia, calentándole con su aliento. ¿Y quién podía ser esa persona? ¡Válgame Dios! ¡Pues no daba ahora en el dislate de creer que la señora de Moscoso vivía, a pesar de haber leído su esquela de defunción! Tan rara alucinación era, sin duda, causada por la vuelta a Ulloa, después de un paréntesis de dos lustros. ¡La muerte de la señora de Moscoso! Nada más fácil que cerciorarse de ella[...]"
Niños bebiendo agua de una fuente
(imagen internet-Todo colección)
[...]Oyó risas, cuchicheos, jarana alegre, impropia del lugar y la ocasión. Se volvió y se incorporó confuso. Tenía delante una pareja hechicera,
[...]¡Vaya si conocía Julián a la pareja!
[...] Mientras el hijo de Sabel vestía ropa de buen paño, de hechura como entre aldeano acomodado y señorito, la hija de Nucha, cubierta con un traje de percal, asaz viejo, llevaba los zapatos tan rotos, que puede decirse que iba descalza.
París, Marzo de 1886.
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A modo de comentario
Han pasado ciento treinta años desde la aparición de esta novela de D.ª Emilia Pardo Bazán.
Llama la atención, su facilidad para escribir y para contar con naturalidad, valorando la dificultad que el dedicarse a esa tarea entrañaba para una mujer de su tiempo.
A destacar su gracia, y el humor con el que introduce comentarios aún en los momentos más serios.
Y el habla musical y cariñosa de su alma gallega queda patente, especialmente cuando Perucho dialoga con la pequeña nené, en el siempre precioso lenguaje de los niños.



Francisco de Quevedo.
canta: Paco Ibáñez
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10 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

En efecto, sabía doña Emilia manejar el lenguaje y, sobre todo, la estructura para disponer el argumento de forma atractiva. Y sobre todo para hacer natural la introducción de las cosas más duras y ponerlas de relevancia.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Los Pazos de Ulloa no eran para gente floja. El capellán y Nucha no podían encajar en ese lugar. Allí, en ese mundo aparte, tras la derrota del marqués, el único cambio era el desgaste del paso del tiempo, viviendo al margen de política y resultados electorales.

Un abrazo

pancho dijo...

De acuerdo con tus puntualizaciones finales. A destacar también la inteligencia de la autora, para mí el humor es una parte de esa cualidad que algunas personas tienen. Para escribir tan bien como Emilia Pardo Bazán hay que tener muchas lecturas detrás, bastante perseverancia, mucha capacidad de observación y un don especial para trasladar con ese desparpajo lo que su imaginación produce.
Claro que el dinero ayuda a escribir bien. Para ponerse a leer y a escribir hay que tener otras necesidades más básicas cubiertas. Más en este país en el que tan pocos pueden vivir de la literatura producida. A pesar de (o gracias a) lo del medio pan y un libro de Lorca.
Un abrazo.

Ele Bergón dijo...

Muy de acuerdo con tu comentario, pero como dice Pancho, también es importante, aunque no le quieta el mérito a doña Emilia, el que ella tenía las necesidades cubiertas, pero tuvo arrojo y valentía para enfrentarse a la sociedad y en especial a sus propios compañeros, como el autor de Peñas Arriba, entre otros. No así Pérez Galdós que siempre la defendió. Ya sabes que también tuvieron una íntima y estrecha relación. Pero bueno, eso es otra historia.

(De momento, ando por Madrid, con estos fríos, no nos apetece mucho el ir al pueblo. Ya te contaré.)

Besos

alfonso dijo...


Me resulta muy agradable leer esos retazos. Si no hay tiempo para otra cosa, al menos nos haces valorar lo que es ser una gran escritora.
... en el hemisferio Sur, cuando la Luna tiene forma de C significa que crece, Aquí, miento... y lo sabes.

Un abrazo

· LMA · & · CR ·

Paco Cuesta dijo...

El materialismo de los pazos alcanza hasta a Perucho, obligado a una traición sentimentalmente tal vez involuntaria.
Besos

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, pancho:

Lorca fue un gran poeta que tenía cubiertas sus necesidades de alimento, vestidos, libros...cultura y tiempo para dedicarse a lo que quisiera.
Había y hay personas que carecen de todo. Para que puedan ahorrar la melancolía a los poetas que sufren por ellos, es por lo que hay que conseguir un mundo más justo para todos.
Creo que, con nuestro egoísmo, no llevamos buen camino.
¿Cómo hubiera escrito doña Emilia toda esa gran obra sin tener el dinero suficiente para pagar a personas que se ocuparan de sus hijos, de su casa, de su ropa, de sus viajes,…?
¿Habrían abierto las puertas de los lugares en los que impartió sus conferencias, de no ser la Condesa?
En fin.
No sólo el talento lleva a la cima; ni tan siquiera, a veces, da para comer.
Pienso cuánto le costó a Miguel Hernández, por ejemplo. Y a tantos otros.

Abrazos.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Luz:

Doña Emilia necesitaba la lectura y escribir. Y lo segundo lo hizo de forma magistral. Se enfrentó a quien pretendió molestarla, porque pudo hacerlo. Nos quedan sus libros, en los apreciamos su talento como escritora.
¿Cómo no iba a admirar a Pérez Galdós? ¡Qué grandes los dos!

Abrazos.
P.D.: Hasta la primavera no tenemos previsto ir a Burgos.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, ñOCO Le bOLO:

Vale. A mis nietos también les expliqué lo de la luna mentirosa, cuando hablábamos de la "C". Pero "los engañosos" somos nosotros que lo utilizamos como recurso para no olvidar sus fases.
A todos nos gusta jugar un poco con estas mentirillas, que confesamos y nos permiten reír mientras lo contamos.

Un abrazo

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Paco Cuesta:

Perucho no podía entender la importancia de su aviso al abuelo. Él, quería sus dos cuartos. Y demostró honradez, valor, y gran cariño por la nené.

Un abrazo