10 noviembre 2016

MIGUEL DE UNAMUNO - NIEBLA (2)

Fotografía de internet
(Todo colección)
Editorial Renacimiento. 1914 - primera edición

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--Miguel de Unamuno- Sello 1970
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Comenzamos los primeros de los treinta y tres capítulos de la nivola.
En el Cap. I
Iremos conociendo a los personajes, como desfilando en un reparto de actores. Augusto Pérez, el protagonista -con su paraguas-, sale dispuesto a su caminar rutinario, sin rumbo fijo, paseo que le servirá para seguir a una joven hasta su casa. Ya no se nos irá la sonrisa, en los primeros capítulos de la lectura, disfrutando con las observaciones y pensamientos del “enamorado”.
Caminando con él, conocemos a la portera de la casa, a quien el personaje de don Miguel -hasta no saber su nombre- la distingue con el de ‘Cerbera’, y le dice el propio de la muchacha: doña Eugenia Domingo del Arco. Después de regalarle un duro añade más información:
[…]”–Es soltera y huérfana. Vive con unos tíos... “ […]”–Se dedica a dar lecciones de piano.”
Nos enteramos de que, la portera se llama Margarita,
Con la decisión de escribir a Eugenia vuelve a casa.

Cap.II
“Augusto, que era rico y solo, pues su anciana madre había muerto no hacía sino seis meses antes de estos menudos sucedidos, vivía con un criado y una cocinera, sirvientes antiguos en la casa e hijos de otros que en ella misma habían servido. El criado y la cocinera estaban casados entre sí, pero no tenían hijos.”
[…] "Entró en su gabinete, tomó un sobre y escribió en él: «Señorita doña Eugenia Domingo del Arco. EPM.» Y en seguida, delante del blanco papel, [...] Y se quedó dormido. [...]
[...]¡Misterios psicológicos! Así pensó Augusto, que se fue al comedor diciéndose: ¡oh, la psicología!
Almorzó con fruición su almuerzo de todos los días [...]
[…] fue al gabinete, tomó la pluma y se puso a escribir:
«Señorita: Esta misma mañana, bajo la dulce llovizna del cielo, [...]Perdóneme, Eugenia, y deje que le dé familiarmente este dulce nombre; perdóneme la lírica. Yo vivo en perpetua lírica infinitesimal.
»No sé qué más decirle. Sí, sí sé. Pero es tanto, tanto lo que tengo que decirle, que estimo mejor aplazarlo para cuando nos veamos y nos hablemos pues es lo que ahora deseo, que nos veamos, que nos hablemos, que nos escribamos, que nos conozcamos. Después... Después, ¡Dios y nuestros corazones dirán!
»¿Me dará usted, pues, Eugenia, dulce aparición de mi vida cotidiana, me dará usted oídos? »Sumido en la niebla de su vida espera su respuesta.
AUGUSTO PÉREZ.»

Y rubricó diciéndose: «Me gusta esta costumbre de la rúbrica por lo inútil.
» Cerró la carta y volvió a echarse a la calle.
[… ]“Mientras iba así hablando consigo mismo cruzó con Eugenia sin advertir siquiera el resplandor de sus ojos. La niebla espiritual era demasiado densa.”…” Y siguieron los dos, Augusto y Eugenia, en direcciones contrarias, cortando con sus almas la enmarañada telaraña espiritual de la calle.”
[…] –¿Hará el favor, señora Margarita, de hacer llegar esta carta a las propias blancas manos de la señorita Eugenia?
[…] tiene algo así como un novio[...] aunque creo que no es sino aspirante a novio[...] Acaso le tenga en prueba [...] puede ser que sea interino[...]
[…]”Sin embargo, entréguele esta carta y en propias manos, ¿entiende? ¡Lucharemos! ¡Y vaya otro duro!
–Gracias, señor, gracias.
[…]
Y se encontró a la puerta del Casino, donde ya Víctor le esperaba para echar la cotidiana partida de ajedrez.
Cap.III
–Hoy te retrasaste un poco, chico –dijo Víctor a Augusto–, ¡tú, tan puntual siempre!
[…]
–Pues allá va: ¿sabes lo que me pasa?
–Que cada vez estás más distraído.
–Pues me pasa que me he enamorado.
[…]
Pero ¡qué ojos, chico, qué ojos tiene mi Eugenia!
–¿Eugenia?
[…]
–¿La profesora de piano?
–La misma. Pero...
[…]
–Conque Eugenita la pianista, ¿eh? Bien, Augustito, bien; tú poseerás la tierra.
Cap. IV
[…]Muchas noches, antes de acostarse, solía Augusto echar una partida de tute con su criado, Domingo, y mientras, la mujer de este, la cocinera, contemplaba el juego. Empezó la partida.
–¡Veinte en copas! –cantó Domingo.
–¡Decidme! –exclamó Augusto de pronto–. ¿Y si yo me casara?
[…]
–Mi Eugenia... –empezó Augusto.
–¿Ah, pero se llama Eugenia y es maestra de piano? –preguntó la cocinera.
–Sí, ¿pues?
–¿La que vive con unos tíos en la Avenida de la Alameda, encima del comercio del señor Tiburcio?
–La misma. ¿Qué, la conoces?
[…]
«Pues señor –se decía al retirarse a su cuarto–, todos la conocen; todos la conocen menos yo. He aquí la obra del amor. ¿Y mañana? ¿Qué haré mañana? ¡Bah! A cada día bástele su cuidado. Ahora, a la cama.»
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A modo de comentario
Podemos leer en el libro de Emilio Salcedo, VIDA DE DON MIGUEL,
( p.173)[...]"La vivencia del escritor se manifiesta siempre en este aprovechar lo que tiene a mano. Y don Miguel lo sabía hacer a conciencia. Recuerdo (y perdóneme el lector esta referencia autobiográfica) cómo mi madre, que muy poco Unamuno leyó, y desde luego no su teatro, del que sí fue espectadora, me hablaba hace bastantes años de los personajes salmantinos que correspondían a El pasado que vuelve,[...] como me hablaba de los personajes reales de Nada menos que todo un hombre"...
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Desde la primera página me ha parecido apreciar que es un escrito en el que hay juventud. Aunque la novela se publica en 1914, don Miguel, la tenía escrita en 1907. Quizá transcribió algunas de las conversaciones de sus alumnos, cuando le acompañaban en sus paseos por Salamanca, y le hablaban de sus novias, de sus vivencias estudiantiles y familiares, y de otros profesores. En Augusto Pérez, con su paraguas, he pensado en Azorín, y en el modo de narrar me ha recordado a José Sánchez Rojas.
https://www.youtube.com/watch?v=YqYKWEJwZF8
Música: Astor Piazzolla, (Llueve sobre Santiago)

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8 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Unamuno se muestra muy libre, festivo y juvenil en esta novela. Quizá tengas razón en tu comentario. ¡Qué buena forma la tuya de poner de relieve las cosas!

La seña Carmen dijo...

Será porque la imagen que nos ha llegado de Unamuno es la de un señor muy serio ya mayor, lo que nos lleva a imaginarlo siempre así y a olvidar que él también fue joven.

Desde luego el lenguaje empleado es muy fresco, no sé si juvenil, pero sí muy coloquial, sin complejos tontos.

Abejita de la Vega dijo...

Lo vemos como un señor mayor,canoso y de negro. Tienes razón, Niebla es una obra de juventud, puede estar inspirado en las andanzas amorosas del algún amigo. Porque él sólo tuvo a su Concha, desde los tiempos del catecismo, la mujer fuerte que le dio nueve hijos. ¿O fue de otra manera? Algún amigo panoli como Augusto, se la da con queso Eugenia. La historia es simplona, es sólo un pretexto para hablar del problema existencial del ser humano.

Besos, Gelu, qué gusto seguirte ahora en Facebook.

Gelu dijo...

Hola

Myriam dijo...

Me gusta como resaltas el humor de Unamuno en los párrafos seleccionados.


Un beso, Gelu, como ves estoy reintegrándome al Club,
ya de regreso en casa luego de un largo viaje.

Besos

pancho dijo...

No sé por qué pero también pensé en Sánchez Rojas como un posible alter ego de Víctor Goti.Después dejaron de llevarse, ni mal ni bien. Cuando murió creo que tenía preparada una conferencia sobre Unamuno. De eso lo sabes tú mejor por todo el tiempo que le has dedicado.
Un abrazo.

Gelu dijo...

Buenas noches, queridos amigos:

Tengo problemas para publicar los comentarios. Veremos si lo consigo ahora, pues aparece un formulario preguntándome si soy un robot. Y no siempre actúa igual al dar vista previa-publicar.
Probaré. El otro día sólo me permitió –por sorpresa- publicar cuando escribí: ‘Hola’.
¿Seré un robot? ¿Existiré?

Saludos.

Ele Bergón dijo...

Hola Gelu, no te preocupes, a todos nos ha pasado, eso de los comentarios. Me parece que vas a tener que hacer como yo y otros tantos comentaristas, el poner "moderación de comentarios". A mí me lió una buena el dichoso robot,¡ hasta hizo que desapareciera mi blog! Ahora estoy encantada con este nuevo sistema, al menos por el momento.

En cuanto a lo que comentas de Unamuno, a mí también me ha sorprendido esta novela por su humor e ironía tan festiva y juvenil, junto a las reflexiones filosóficas tan profundas que hace a través de sus personajes. Puede que lleves razón, la juventud creo que es así, reflexiva dentro de su humor y frescura.



Besos