12 diciembre 2016

ANTONIO JOSÉ (5) ANTONIO JOSÉ MARTÍNEZ PALACIOS

                                     

 BOLETÍN
DE LA
COMISIÓN PROVINCIAL DE MONUMENTOS
HISTÓRICOS Y ARTÍSTICOS
DE BURGOS 
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PUBLICACIÓN TRIMESTRAL
AÑO XII - Número 42
1.er TRIMESTRE DE 1933
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Tipografía de “El Monte Carmelo”
1933.

El día 12 de diciembre de 1902 nació Antonio José Martínez Palacios.
Hoy, 114 años después, se me ha ocurrido preparar esta entrada, como homenaje y recuerdo.
(He transcrito el contenido del trabajo de Antonio José, su título "Coplas Sefardíes".  Ocupaba las páginas 413 a 418. Apareció publicado en el Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Burgos, en el Número 42. Primer trimestre de 1933.)


Coplas sefardíes

Coplas sefardíes, o canciones judeo-españolas. Así se titula un cuaderno de música para canto y piano que el autor, Alberto Hemsi, me manda desde Alejandría por mediación de mi admirado amigo José Subirá. Un cuaderno de música pleno de eufóricas sugerencias. Un rico estuche donde se guardan las canciones que mayor sorpresa pueden producir a un enamorado del canto popular. Un magnífico venero de posibilidades folklóricas de insospechado valor. En la portada, como una invitación a nuestra curiosidad expectante y ávida, está la noticia de dos países y dos fechas que, con relación al contenido del cuaderno, es todo un poema de nostalgia y de ternura; aunque para nosotros represente un suave reproche por diversas razones…
                              España 1492Rodi 1932

El autor escribe luego en una breve nota que “estas melodías populares, conocidas con el nombre genérico de coplas o romansas han sido recogidas en Rodas, capital del Dodecanaso italiano, entre la población judía denominada sefardí por su origen español, y presenta un evidente interés histórico.


Antes, el erudito musicólogo José Subirá, estudia en un jugoso y extenso prefacio “el orientalismo hispanista del compositor A. Hemsi” En ese escrito se demuestra que la música popular española “fue enriquecida por la sucesiva concatenación de diversos dominadores y    de civilizaciones disímiles y cómo esa misma música después emprendió viajes de exportación en todas direcciones”. Los moriscos y los judíos sacaron estas canciones de España “cuando una política regia, deseosa de afianzar la unidad nacional en lo religioso y en lo étnico, tras la conquista de Granada y el descubrimiento de América, les impuso el abandono de una tierra donde ellos y sus antepasados habían vivido como en su propia patria”.
Los judíos expulsados en 1492 de España se expandieron por el mundo llevando en el bagaje de sus recuerdos la canción popular aprendida en nuestro suelo, y nuestra canción vernácula expresó fuera de España el íntimo sentir de los judíos desterrados. Tras cinco siglos de exilio los judíos españoles han conservado puro el tesoro musical que sacaron de España, sin quererse desprender de esa bella reliquia, que no otra cosa representa para ellos tan hermoso patrimonio espiritual.
El caballero Alberto Hemsi, compositor y director de la “Edition Orientale de Musique” de Alejandría (Egipto), nos asegura en su nota que los judíos del Próximo Oriente, en general, y los de Rodas en particular, han conservado con fidelidad asombrosa no solamente el idioma de la antigua Castilla, sus usos y costumbres, sino también numerosos poemas populares que actualmente forman parte de su vida cotidiana.
El mismo autor pondera la dificultad que ha encontrado para fijar con precisión las líneas y las formas de un texto literario trasmitido oralmente desde hace cinco siglos. Ha observado ahincadamente las manifestaciones privadas y públicas de la vida de los sefardíes de Rodas celebradas en diversas épocas del año en los barrios medievales que antiguamente fueron habitados por los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, de cuyas costumbres parece desprenderse el efluvio de una arcaica poesía. Y antes de publicar este primer cuaderno de coplas sefardíes ha tenido que comparar con paciente escrupulosidad las diversas versiones literarias y musicales de un mismo poema solicitando el concurso de gran número de personas de todas las edades y de la más variada condición social, hasta lograr la forma que parecía acomodarse más justamente a la lógica y a la tradición probable. Para la apreciación de esta labor penosa hay que añadir que algunos poemas fueron transcritos en caracteres hebreos denominados rachi, los cuales forman una escritura usada entre los judíos de Oriente y a esta transposición gráfica atribuye el autor determinadas anomalías fonéticas que con precisión notable señala en el breve introito de su obra admirable, obra que para nosotros los españoles debe ser ejemplo folklórico, por su belleza, por su interés, por el minucioso esmero de su exposición y por el discreto modernismo de su tratamiento armónico. Labor delicada de orfebre que prueba como pocas la sapiencia de un maestro.  (En España sólo sé de un compositor que haya sabido trabajar de un modo tan nuevo y tan limpio la canción popular: El P. José Antonio Donostia en sus Trois chants basques).
Porque es casi general entre nuestros compositores el usufructo de una tonada popular, apuntada con más o menos precisión por cualquier folklorista dilettante, a la cual empaquetan anacrónicamente entre acordes etiquetados de tónica y dominante, sin estudiar antes la intención de su forma, de su ritmo, de su melodía, de su tonalidad... El resultado es esa baraúnda de cancioneros, de danzas y de coros pseudopopulares que nos dan por buenos los más  ineptos músicos de hoy, completamente horros de técnica y hasta de sensibilidad lírica. Que si la canción popular requiere fino instinto para su degustación, también necesita por parte de quien ha de trabajarla especialísimas cualidades. Y de un modo singular la canción popular española por los distintos componentes que nutrieron la raíz de su lejano abolengo en el constante devenir de tantas civilizaciones como pasaron por España y que fueron dejando aquí un sedimento lírico originalmente abigarrado, que más tarde había de formar la riquísima solera de nuestra canción campesina.
Nosotros, por descuido, por desaliño, hemos ido quitando las curvas amplias y las pequeñas aristas de la melodía popular, y así la hemos ido dejando monótona y fría, hasta encontrarla hoy insípida en la gran mayoría de los casos, y así la vemos ahora sin aquella pátina arcáica que era su mayor encanto. Si las raíces del canto popular tomaron su profundo jugo, como se cree, de las antiguas melopeas religiosas del canto gregoriano litúrgico, es cosa que parece bastante problemática al observar la rigidez—hablo siempre en general—de estas canciones populares que hoy vemos y oímos en libros y obras corrientes. El verso está descuidado; su aplicación a la tonada parece postiza y a veces atroz, en una amalgama burda; versos que no tienen sentido o que está manifestado groseramente, tal como si fuese la improvisación de un coplero zafio. El ritmo lo vemos encasillado, oprimido por la sequedad métrica de un compás a dos o tres partes, sin otro matiz en la expresión. Hasta la vulgar influencia ambiente ha destruido la ingenuidad y la gracia del canto popular, adaptándolo poco a poco, con mil torceduras cada vez más acusadas, al plebeyo gusto epidémico de las musiquillas callejeras de nuestros depauperados componedores de zarzuela, revista y cuplé. Advierto de nuevo que la visión de nuestro vastísimo campo folklórico no es tan pesimista en su totalidad, y si mucho malo hemos recogido, también hemos encontrado motivos de tan subido valor que por sí sólos demuestran la inagotable riqueza lírico-popular española.
Pero es que en estas coplas sefardíes que comento veo a Hemsi trabajando con un criterio, una precisión y un talento casi únicos por poco corrientes. Tanto el poema como el motivo popular están tratados, repito, con verdadero mimo. Y la parte pianística que acompaña estas canciones es suelta de escritura, libre, de gracioso desenfado. En ella fluye el ritmo espontáneamente, con independiente holgura. Quizás, aquilatando con un poco de rigor, esa libertad risueña de la parte pianística desdibuje algo la sencillez de la línea melódica; pero es un momento: el buen sentido del autor clarifica y ordena todo al punto.
Para terminar, nada mejor que unos ejemplos demostrativos. Obsérvese en ellos la serenidad y la gracia de su intención, tan simple, tan bella, tan pura como el retozo o la melancolía popular.
'Ansí dize la nuestra novia'..." [...]

(Enlazo unos videos que unos usuarios han dejado en YouTube):

versión de 'Ansí dize la nuestra novia' 
                                          https://www.youtube.com/watch?v=cnSklqTO24k

'Durme, durme hermosa doncella'…


                                       https://www.youtube.com/watch?v=a4KBwgYGVE0

"Detalle interesantísimo en la tonalidad de estas coplas sefardíes es  la constante oscilación en sus cadencias entre el tono mayor y el menor, con una sensación imprecisa de ingenuidad suave y un encanto indefinible; es detalle muy característico en la música hebrea y en la oriental generalmente.
Y ahora a esperar nuevos cuadernos de música sefardí recogida y trabajada por el caballero Alberto Hemsi, a quien fervorosamente aplaudo y admiro." ANTONIO JOSÉ
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Enlace en PDF: http://riubu.ubu.es/bitstream/10259.4/451/1/1133-9276_n042_p413-418.pdf
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                                        https://www.youtube.com/watch?v=cnSklqTO24k
Tres canciones: 1.- No paséch por la mi sala  2.- Durme, durme, hermosa Dorzella  3.-Ansi dize la nuestra novia

 NOTA

Este artículo -completo o parcialmente- con algunas variaciones después de que Hemsi desde Alejandría -en octubre 1935-, (*) enviara a Antonio José  su 4ª serie de Coplas sefardíes, publicado
también en:
,

BURGOS GRÁFICO. Nº 3 (Noviembre de 1935).

BURGOS GRÁFICO. Nº 3 (Noviembre de 1935).

MÚSICA -Coplas sefardíes
por ANTONIO JOSÉ
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Aparece citado en DOY FE, de Antonio RUIZ Vilaplana, publicado en 1938, en el capítulo X - (pp.103 a 113), titulado: 'La ejecución de Antonio José, el músico poeta'.
página 112 [...]"Era un artículo firmado por Antonio José, sobre la música sefardí, y en él el articulista relacionaba tal música, por su raíz popular con la música folklórica castellana."
..
En pp.79-80-81 (Coplas sefardíes) en el libro
ANTONIO JOSÉ MÚSICO DE CASTILLA
biografía que en el año 1980 publicó la Unión Musical Española, patrocinada por el Excmo. Ayuntamiento de Burgos y la Dirección General de Música. Autores: Jesús Barriuso Gutiérrez, Fernando García Romero y Miguel Ángel Palacios Garoz. Prólogo de don José Subirá.
-- En pp.354 a 357 -libro EN TINTA ROJA, cartas y otros escritos de Antonio José (publicado año 2002)
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Para saber más:


(*) En carta de 29 octubre 1935, de Antonio José a don José Subirá (pág.201) libro EN TINTA ROJA, cartas y otros escritos de Antonio José (publicado año 2002)
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MIS OTROS BLOGS:



7 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Hermosas canciones de melancolía las que inspiraron a Antonio José. Un gran legado el sefradita.

P MPilaR dijo...

Un hallazgo , este, tu blog!!

Saludos

Paco Cuesta dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Paco Cuesta dijo...

Los cantos espirituales judeo-españoles, tienen su exponente en la España musulmana, que va de los siglos X al XII, los textos de los poetas se cantaban con melodías hebreas, árabes o cristianas en las sinagogas y estaban llenos de improvisaciones vocales.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

Antonio José, mantenía correspondencia con Alberto Hemsi, que le tenía al corriente de sus trabajos. Ambos admiraban las composiciones que iban apareciendo.
Dejo otra versión de ♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫ …"Dize la nuestra novia"♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫

Abrazos.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, P MPilaR:

¡Gracias!
Llama la atención la poesía, en las denominaciones de cabellos, cabeza, ojos, cejas, nariz, boca…
Enlazo otra versión de esta canción, ♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫ ‘Dize la nuestra novia’ … ♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫ como se escuchaba en una película reciente.

Saludos

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Paco Cuesta:

Copio, del último párrafo del artículo de Antonio José, publicado en el N.º 3, de ‘Burgos gráfico’, noviembre 1935:
”En estas romansas de Hemsi, de exuberante armonía y magnífica riqueza rítmica, la melodía discurre libre y feliz, a plena luz, como el agua de lluvia entre hierbas y flores”
Enlazo canción: ♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫ “Al ruido de una fuente”… ♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫


Abrazos.