27 septiembre 2018

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ / CIEN AÑOS DE SOLEDAD (3)


Portada
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[...] «Cuando volvieron los gitanos, Úrsula había predispuesto contra ellos a toda la población. Pero la curiosidad pudo más que el temor, porque aquella vez los gitanos recorrieron la aldea haciendo un ruido ensordecedor con toda clase de instrumentos músicos, mientras el pregonero anunciaba la exhibición del más fabuloso hallazgo de los naciancenos.
De modo que todo el mundo se fue a la carpa [...]

https://www.youtube.com/watch?v=3iCjXujVgHQ
Canción tradicional gitana

[...] «En el mundo están ocurriendo cosas increíbles -le decía a Úrsula-. Ahí mismo, al otro lado del río, hay toda clase de aparatos mágicos, mientras nosotros seguimos viviendo como los burros.» Quienes lo conocían desde los tiempos de la fundación de Macondo, se asombraban de cuánto había cambiado bajo la influencia de Melquíades. 

Al principio, José Arcadio Buendía era una especie de patriarca juvenil, que daba instrucciones para la siembra y consejos para la crianza de niños y animales, y colaboraba con todos, aun en el trabajo físico, para la buena marcha de la comunidad. Puesto que su casa fue desde el primer momento la mejor de la aldea, las otras fueron arregladas a su imagen y semejanza. Tenía una salita amplia y bien iluminada, un comedor en forma de terraza con flores de colores alegres, dos dormitorios, un patio con un castaño gigantesco, un huerto bien plantado y un corral donde vivían en comunidad pacífica los chivos, los cerdos y las gallinas. Los únicos animales prohibidos no sólo en la casa, sino en todo el poblado, eran los gallos de pelea.

La laboriosidad de Úrsula andaba a la par con la de su marido. Activa, menuda, severa, aquella mujer de nervios inquebrantables, a quien en ningún momento de su vida se la oyó cantar, parecía estar en todas partes desde el amanecer hasta muy entrada la noche, siempre perseguida por el suave susurro de sus pollerines de olán.


[...] En pocos años, Macondo fue una aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus 300 habitantes. Era en verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto. 
Desde los tiempos de la fundación, José Arcadio Buendía construyó trampas y jaulas. En poco tiempo llenó de turpiales, canarios, azulejos y petirrojos no sólo la propia casa, sino todas las de la aldea. 


https://www.youtube.com/watch?v=AbkMz5Dlt60
[...] La primera vez que llegó la tribu de Melquíades vendiendo bolas de vidrio para el dolor de cabeza, todo el mundo se sorprendió de que hubieran podido encontrar aquella aldea perdida en el sopor de la ciénaga, y los gitanos confesaron que se habían orientado por el canto de los pájaros. 

Aquel espíritu de iniciativa social desapareció en poco tiempo, arrastrado por la fiebre de los imanes, los cálculos astronómicos, los sueños de trasmutación y las ansias de conocer las maravillas del mundo.

[...]hasta los más convencidos de su locura abandonaron trabajo y familias para seguirlo, cuando se echó al hombro sus herramientas de desmontar, y pidió el concurso de todos para abrir una trocha que pusiera a Macondo en contacto con los grandes inventos.

 José Arcadio Buendía ignoraba por completo la geografía de la región. Sabía que hacia el Oriente estaba la sierra impenetrable, y al otro lado de la sierra la antigua ciudad de Riohacha, donde en épocas pasadas -según le había contado el primer Aureliano Buendía, su abuelo- Sir Francis Drake se daba al deporte de cazar caimanes a cañonazos, que luego hacía remendar y rellenar de paja para llevárselos a la reina Isabel. En su juventud, él y sus hombres, con mujeres y niños y animales y toda clase de enseres domésticos, atravesaron la sierra buscando una salida al mar, y al cabo de veintiséis meses desistieron de la empresa y fundaron a Macondo para no tener que emprender el camino de regreso.


Mapa de la flota de Drake

[...]De acuerdo con los cálculos de José Arcadio Buendía, la única posibilidad de contacto con la civilización era la ruta del norte.»

A modo de comentario
Leemos en Wikipedia:
(*)"La más reciente edición del libro es del año 2007, publicada gracias a un esfuerzo conjunto de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española para rendir un homenaje a su autor, con motivo de sus ochenta años de edad y de cumplirse 40 desde la publicación del libro".
¿Qué podemos añadir con nuestra humilde aportación, después de lo que dicen lectores como Álvaro MutisCarlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Víctor García de la ConchaClaudio Guillén...? Hasta, sin esfuerzo por nuestra parte, sabemos que "Son sesenta y nueve los personajes (según el recuento de Gustav Siebenmann) y seis las generaciones que se suceden desde el principio hasta el final de la novela".
Con la ayuda de internet, esta lectura es completamente diferente a las anteriores. Encontramos en Wikipedia, un resumen, la explicación de los personajes, el árbol genealógico... Además, hemos podido confirmar (con el artículo de Juan Jesús Aznarez en EL PAÍS ) que Gabriel García Márquez había leído a Juan Rulfo; y por Carlos Fuentes, que era un experto en cine.
También, al ser lectores reincidentes de la obra, desde el comienzo notamos que hemos perdido memoria, y que vamos reconociendo -por los detalles-, poco a poco a los personajes, que habíamos casi olvidado.  Hemos tenido que poner letreritos...pero eso sí, una vez más, desde la primera línea, hemos sabido que lo nuestro con el autor y su obra, iba a ser como lo de José Arcadio Buendía con Melquíades: "el principio de una grande amistad".   
Continuaremos disfrutando de esta lectura colectiva, y esperando las aportaciones de los compañeros y la supervisión -siempre generosa- del profesor Ojeda. Es importantísimo LEER, por gusto. disfrutando, sin obligaciones ni imposiciones, ni másters a la vista. 
En el siglo XXI, la información está a nuestro alcance. Sólo es necesario, tiempo y ganas.
 
https://www.youtube.com/watch?v=pex_r_na62s
Canción: Macondo
Autor: Daniel Camino Diez Canseco
Interpreta: Johnny Arce
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2 comentarios:

pancho dijo...

No es mala idea ir escribiendo fichas de cada Buendía que aparece en la novela para ver de cuál está hablado en ese momento, aunque hay mucho de circular y repetición en todos los personajes que van apareciendo.
Buen seguimiento de lo más esencial del relato, suceden demasiadas cosas en cada página, y todas importantes por su manera tan magistral de escribirlas, para dejar algo fuera.
Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Más conscientes, esta nueva lectura nos lleva a mayor profundidad. Gracias a esta herramienta. Esta lectura colectiva es un buen ejemplo.