11 octubre 2018

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ- CIEN AÑOS DE SOLEDAD (5)

Plaza&Janés, S.A. Editores
(Sexta Edición 1977)
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[...][Úrsula]  «-En vez de andar pensando en tus alocadas novelerías, debes ocuparte de tus hijos -replicó-.

https://www.youtube.com/watch?v=w_FEuFwrohk
Míralos cómo están, abandonados a la buena de Dios, igual que los burros.  José Arcadio Buendía tomó al pie de la letra las palabras de su mujer. Miró a través de la ventana y vio a los dos niños descalzos en la huerta soleada, y tuvo la impresión de que sólo en aquel instante habían empezado a existir, concebidos por el conjuro de Úrsula.
[...]José Arcadio, el mayor de los niños, había cumplido catorce años. Tenía la cabeza cuadrada, el pelo hirsuto y el carácter voluntarioso de su padre. Aunque llevaba el mismo impulso de crecimiento y fortaleza física, ya desde entonces era evidente que carecía de imaginación. Fue concebido y dado a luz durante la penosa travesía de la sierra, antes de la fundación de Macondo, y sus padres dieron gracias al cielo al comprobar que no tenía ningún órgano de animal. Aureliano, el primer ser humano que nació en Macondo, iba a cumplir seis años en marzo. Era silencioso y retraído. Había llorado en el vientre de su madre y nació con los ojos abiertos. Mientras le cortaban el ombligo movía la cabeza de un lado a otro reconociendo las cosas del cuarto, y examinaba el rostro de la gente con una curiosidad sin asombro.
[...][José Arcadio Buendía] Así fue siempre, ajeno a la existencia de sus hijos, en parte porque consideraba la infancia como un período de insuficiencia mental, y en parte porque siempre estaba demasiado absorto en sus propias especulaciones quiméricas.
https://www.youtube.com/watch?v=DXxuQrYRnD8

Pero desde la tarde [...] les dedicó sus horas mejores. En el cuartito apartado, cuyas paredes se fueron llenando poco a poco de mapas inverosímiles y gráficos fabulosos, les enseñó a leer y escribir y a sacar cuentas, y les habló de las maravillas del mundo no sólo hasta donde le alcanzaban sus conocimientos, sino forzando a extremos increíbles los límites de su imaginación.

-Pelotón de fusilamiento-
(imagen de internet)

[...]  muchos años más tarde, un segundo antes de que el oficial de los ejércitos regulares diera la orden de fuego al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía volvió a vivir la tibia tarde de marzo en que su padre interrumpió la lección de física, y se quedó fascinado, con la mano en el aire y los ojos inmóviles, oyendo a la distancia los pífanos y tambores y sonajas de los gitanos que una vez más llegaban a la aldea, pregonando el último y asombroso descubrimiento de los sabios de Memphis.  


-imagen de internet-

[...]En un instante transformaron la aldea. Los habitantes de Macondo se encontraron de pronto perdidos en sus propias calles, aturdidos por la feria multitudinaria.
[....] José Arcadio Buendía andaba como un loco buscando a Melquíades por todas partes.
[...]«Melquíades murió.» Aturdido por la noticia, José Arcadio Buendía permaneció inmóvil, tratando de sobreponerse a la aflicción,
[...] Más tarde, otros gitanos le confirmaron que en efecto Melquíades había sucumbido a las fiebres en los médanos de Singapur, y su cuerpo había sido arrojado en el lugar más profundo del mar de Java. A los niños no les interesó la noticia. Estaban obstinados en que su padre los llevara a conocer la portentosa novedad de los sabios de Memphis, anunciada a la entrada de una tienda que, según decían, perteneció al rey Salomón
Del libro SALOMÓN REY DE ISRAEL
por JOSÉ RAMÓN MELIDA (Edición 1894)
[...]Al ser destapado por el gigante, el cofre dejó escapar un aliento glacial. Dentro sólo había un enorme bloque transparente [...] Desconcertado, sabiendo que los niños esperaban una explicación inmediata, José Arcadio Buendía se atrevió a murmurar: 
-Es el diamante más grande del mundo. 
-No -corrigió el gitano-. Es hielo
[...][José Arcadio Buendía ] con la mano puesta en el témpano, como expresando un testimonio sobre el texto sagrado, exclamó: 
-Éste es el gran invento de nuestro tiempo.»

...Continuará
A MODO DE COMENTARIO
En esta aportación a la lectura he llegado al final del capítulo I. Como se puede apreciar -al comparar con el original -he copiado casi íntegro el texto. Lo que no he transcrito, también tenía mucha “substancia”. Quiero decir que CIEN AÑOS DE SOLEDAD, es un libro para saborear, y que hay que degustarlo, con tiempo, tranquilamente. Más aún, cuando vayan apareciendo los personajes, tan parecidos en los nombres, pero tan diferentes unos de otros, que nos harán volver a leer y releer  las páginas anteriores.
¡Cómo no considerar este párrafo lleno de imágenes y sentimientos: “Mientras Úrsula seguía barriendo la casa que ahora estaba segura de no abandonar en el resto de su vida, él permaneció contemplando a los niños con mirada absorta, hasta que los ojos se le humedecieron y se los secó con el dorso de la mano, y exhaló un hondo suspiro de resignación.
-Bueno –dijo-. Diles que vengan a ayudarme a sacar las cosas de los cajones."
O cuando explica:
[...]"Pero desde la tarde  en que llamó a los niños para que lo ayudaran a desempacar las cosas del laboratorio, les dedicó sus horas mejores.”
¡Y cómo no entender que Aureliano recordara esos momentos de la infancia!:
Fue así como los niños terminaron por aprender que en el extremo meridional del África había hombres tan inteligentes y pacíficos que su único entretenimiento era sentarse a pensar, y que era posible atravesar a pie el mar Egeo saltando de isla en isla hasta el puerto de Salónica. Aquellas alucinantes sesiones quedaron de tal modo impresas en la memoria de los niños, que muchos años más tarde, un segundo antes de que el oficial de los ejércitos regulares diera la orden de fuego al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía volvió a vivir la tibia tarde de marzo en que su padre interrumpió la lección de física"        
En fin, lo dicho: hay que leer a Gabriel García Márquez y entrar en su maravillosa magia narrativa.
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MIS OTROS BLOGS:
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9 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Estoy contigo: hay novelas como esta en la que si subrayas cada frase que te llama la atención terminas seleccionando todo el texto.

Rosa dijo...

Buenas noches, querida Gelu:
:)
Sí, tienes razón, hay novelas en las que siempre se encuentra algo nuevo.
Muy detallado, Gelu, hace años dejé en el blog una entrada centrada en los alimentos y la cocina de "Cien años de soledad".

Me ha gustado mucho el vídeo sobre mapas antiguos, me encantan, tengo en casa un "Mapa Portulano" editado por M. Moleiro, sus ediciones son fantásticas.

Un beso y abrazos, querida Gelu.

Sor Austringiliana dijo...

Todo tiene su miga y su corteza. Nada se desecha.
Seguimos leyendo y la garza del Arlanzón quietecita y discreta,aunque no le falten incertidumbres.
Besos Gelu

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:

Al leer libros así hay que ir preparados de lápiz y folio, y ganas de escribir e ir anotando números de página. Si subrayamos nuestros libros, que sea flojito, con un lapicero blando, asegurándonos que luego se pueda borrar y no queden marcas.

Abrazos

Gelu dijo...

Buenas tardes, querida Rosa:
:)
Ayer te dejé comentario en esta entrada magnífica tuya:
https://cocinaycultura.blogspot.com/2012/02/cocina-en-soledad-cien-anos-de-soledad.html
que no había descubierto, aunque leo y disfruto de todo lo que publicas en tus Blogs.
En la próxima aportación que haga a la lectura la incluiré en lugar bien visible.
Pensé hacer una relación con las flores que iban surgiendo en las páginas de ‘Cien años de soledad’. Quizás la haga.
Enlazo un vídeo del ♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫ río Arlanzón, ♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫ , con vegetación y malvas…Es mi Macondo particular, que me tiene ocupada mentalmente.
Con tu precioso Mapa, me has recordado mi primer Atlas escolar, comprado en Librería Santiago Rodríguez de Burgos.
Muchísimas gracias, por todo.
:)
Besos y abrazos

Gelu dijo...

Buenas tardes, querida Sor Austringiliana:
:)
Adjunto este simpático patito enamoradizo, que se ha instalado en el Arlanzón, y por las imágenes no parece tan ruidoso como los pájaros de Macondo, ni se queja de su desventura como la garza del poema conocido de ‘Emboscados’, ni se oculta de las miradas como el ave que te pasé por correo y cuyo vídeo no he encontrado en YouTube.
:)
Besos y abrazos.

Sor Austringiliana dijo...

El pato mandarín ha aterrizado en un Macondo y trata de paliar su soledad. Lo buscarė junto al Besson.
La garza ensimismada como un José Arcadio.
Besos y salud

Gelu dijo...

Buenas noches, Sor Austringiliana:
:)
¿Se encontrarán la garza del Arlanzón y el patito mandarín con pico que parece “de cera”?
:)
Abrazos

Gelu dijo...

Buenas noches, de nuevo, Sor Austringiliana:
:(
Quería dejar el enlace de su entrada del 18 de enero 2010 –en directo- pero Blogger no me lo permite.
He revisado el código que utilizo en otras ocasiones. En fin.
:(
Abrazos