08 octubre 2014

Segundo Tomo del Ingenioso Hidalgo DON QUIJOTE DE LA MANCHA (4)



- Portada del Quijote de Avellaneda  -  
Fotografía sacada de Wikipedia

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Alonso Fernández de Avellaneda es el seudónimo del autor del libro conocido como el Quijote de Avellaneda (título original: Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha), publicado en Tarragona el año de 1614. Hasta el momento, no se ha podido dar con su verdadera identidad.

Quijote de Avellaneda, continuación del Quijote, escrita por el escritor anónimo cuyo seudónimo fue « Alonso Fernández de Avellaneda »



Cómo don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, su escudero, salieron tercera vez del Argamesilla, de noche, y de lo que en el camino desta tercera y famosa salida le sucedió

 [...] salieron de su lugar el buen hidalgo don Quijote y Sancho Panza: el uno, sobre su caballo Rocinante, armado de todas piezas y el murrión puesto en la cabeza con gentil talante y postura; y Sancho, con su jumento enalbardado, con unas muy buenas alforjas encima y una maleta pequeña, en que llevaban la ropa blanca.
[Sancho] [...]temo que, en echándonos menos en el lugar, han de salir en nuestra busca el cura y el barbero con otra gente
(imagen de wikipedia)
[...] estoy por volver al lugar y desafiar a singular batalla, no solamente al cura, sino a cuantos curas, vicarios, sacristanes, canónigos, arcedianos, deanes, chantres, racioneros y beneficiados tiene toda la Iglesia Romana, Griega y Latina; y a todos cuantos barberos, médicos, cirujanos y albéiteres militan debajo de la bandera de Esculapio, Galeno, Hipócrates y Avicena. 
[...]si me abriesen por medio y sacasen el corazón, que le hallarían como aquel de Alejandro Magno
[...]la verdad de todo verás en aquellas famosas justas de Zaragoza donde ahora vamos
[...] [en esta adarga que llevo]...quiero que, en el primer lugar que llegáremos, un pintor me pinte en ella dos hermosísimas doncellas que estén enamoradas de mi brío y el dios Cupido encima, que me esté asestando una flecha, la cual yo reciba en el adarga, riendo dél y teniéndolas en poco a ellas, con una letra que diga al derredor de la adarga
EL CABALLERO DESAMORADO,
[...] -replicó don Quijote- que aquel Cu es un plumaje de dos relevadas plumas, que suelen ponerse algunos sobre la cabeza, a veces de oro, a veces de plata y a veces de la madera que hace diáfano encerado a las linternas, llegando unos con dichas plumas hasta el signo Aries, otros al de Capricornio y otros se fortifican en el castillo de San Cervantes.
[...] -No te convienen a ti -dijo don Quijote- esos dijes, que tienes la mujer buena cristiana y fea.
[...]  [don Quijote]... delante de nosotros tenemos ya uno de los mejores castillos que a duras penas se podrán hallar en todos los países altos y bajos y estados de Milán y Lombardía.
Esto dijo por una venta que un cuarto de legua lejos se divisaba
[...]Acercóse a la puerta della y preguntó al ventero si había posada. Díjole que sí; con que bajó luego de su asno y dio al ventero la maleta para que le diese cuenta della cuando se la pidiese, tras lo cual le preguntó si había qué cenar. Y, respondiéndole el ventero que había una muy buena olla de vaca, carnero y tocino, con muy lindas berzas y un conejo asado,


Bodegón
Juan Sánchez Cotán
(imagen de wikipedia)
[...] -Señor -dijo Sancho-, ninguno desta casa me ha hecho tuerto, que, como vuesa merced ve, los dos ojos me tengo sanos y buenos que saqué del vientre de mi madre; ni tampoco me han hecho desaguisado, antes tienen guisada una olla y un conejo tal, que el mismo Juan de Espera en Dios la puede comer.
[...] Mientras, pues, que Sancho andaba en estos bestiales ejercicios, llegó una moza gallega, que por ser muy cortés era fácil en el prometer y mucho más en el cumplir, y dijo a don Quijote:
-Buenas noches tenga vuesa merced, señor caballero, ¿manda algo en su servicio? [...] engañóme un traidor de un capitán, que me sacó de mi casa dándome palabra de casamiento; fuese a Italia y dejóme perdida, 
[...] Don Quijote, que oyó llorar aquella moza, como era compasivo de suyo, le dijo:
[...]  agora voy a defender con los filos de mi espada contra todo el mundo vuestra fermosura, y después faceros reina de algún estraño reino o isla, adonde seáis casada con algún príncipe poderoso.
[...] La disoluta mozuela, que se vio despedir de aquella manera, contra la esperanza que ella tenía de dormir con don Quijote, y que le daría tres o cuatro reales, se puso muy triste con tan resoluta respuesta tras tan prolija arenga, 
[...] -Señora infanta, no digo yo los dos reales que me pedís, sino docientos ducados os quiero dar luego a la hora.
[...] ..Sancho, abre esa maleta y dale a esta señora infanta a buena cuenta docientos ducados desos que ahí traemos
[...]Sancho, que oyó el mandato, le respondió colérico:
-¿Cómo docientos ducados? Por los huesos de mis padres, y aun de mis agüelos,...
[...]Y, agarrando de la maleta, bajó la moza delante dél, y diole cuatro cuartos,  
[...]-Señor -dijo la gallega-, deme esos cuatro cuartos, que con ellos quedo contentísima.
[...]Y el ventero, en esto, llamó a Sancho para que se acostase en una cama que de dos jalmas le había hecho, y Sancho lo hizo echando su maleta por cabecera.
¿Dónde estás señora mía?
Anónimo siglo XVI
La Grande Chapelle  (Albert Recasens)

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8 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué mal llevo esto de que Dulcinea desaparezca...

Abejita de la Vega dijo...

Desenamorarse de Dulcinea, qué poca vergüenza el Avellaneda.

Malas lenguas dicen que en este capítulo se insinúa que Cervantes era cornudo y homosexual. De eso nada, Alonso Fernández.

Sigo tus surcos, trazados por un arado certero.

Un abrazo, Gelu.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:
Y “piropear” a Mari Gutiérrez, diciendo a Sancho que es fea!
Un abrazo

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

Copio del Cuaderno de Literatura de Antonio Machado (año 1915?)
pág.1413-PROSAS COMPLETAS-Espasa Calpe: “Aunque Don Quijote se publicó en 1605, está mencionado en La pícara Justina, de Lope de Úbeda. En 1604 dice Lope de Vega: “Ningún poeta nuevo hay tan malo como Cervantes, ni tan necio que alabe a Don Quijote”. En 1605 se hacía en Valencia la 5.ª edición.

Abrazos.

Paco Cuesta dijo...

Posiblemente (ya lo dije) mantener la figura de Dulcinea era excesivamente trabajoso para el tal Avellaneda.
Un abrazo

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Paco Cuesta:

Tienes razón; el autor no podía traspasar a su personaje la nobleza de la que él carecía. El suyo tenía que ser un Caballero Desamorado.

Un abrazo.

pancho dijo...

El penacho de plumas para darse importancia. Esa otra "pluma", vete tu a saber... Cervantes era un soldadón que no se debía achantar ante nada, por algo fue recaudador de impuestos. Experto espadanchín y magnífico escritor de historias que tenía la evolución de la novela en la cabeza.
Un abrazo.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, pancho:

Pues parece que este Sancho se imaginaba con el cu de plumas, impresionando a su Mari Gutiérrez.
Cervantes, tuvo que ser valiente para resistir tantas penalidades y muy generoso como demostró con sus compañeros de cautiverio. En cuanto a escritor, ya podemos verlo en sus obras.

Un abrazo.