03 diciembre 2015

EL MUDEJARILLO (2) JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO


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Las endechas
p.29..."siempre los bramidos por el dolor del alma salen de los adentros y producen lamentaciones y endechas, y no hay endechas de hambre, sino sólo ¡ay! y otro ¡ay!"

Paisaje
p.31 "Y cuando se fueron a vivir a Arévalo...
- ¿Y cómo se llama tu pueblo?

El señor Ahmed
p.34..."otras veces se encontraba al señor Ahmed haciendo oración, de rodillas sobre una estera y con la frente humillada tocando en ella......Se esperaba un poco a que el señor Ahmed terminase de orar y, en seguida, empujaba la puerta, abriéndola del todo, cuando el señor Ahmed se estaba poniendo las babuchas."

El candil
p.37  "Bajo los soportales, tenía la tienducha el señor Juan González, el candilero, que hacía candiles y candelas, palmatorias y velones o capuchinas, y el niño y los otros muchachos se quedaban muchas veces mirando allí..."
-imagen de internet-

..."el niño decía muy bajito que lo que más le gustaba era la llama de la vela."

El viaje
p.41..."Y luego ya fue cuando se tenían que ir también de Arévalo porque, aunque trabajaban mucho, a la señora Catalina, a sus hijos y a su nuera no les llegaba muchas veces para comer y vestir el dinero que ganaban. Y se iban a ir a Medina del Campo...
...Así que pararon un ratillo a descansar [...] El niño se metió en el río, que era sólo un regato y venía medio seco en invierno y completamente seco, ahora, en verano [...]pero de repente se vio venir río abajo como un animal que no se sabía lo que era [...] y cuando estuvo cerca vieron que era un monstruo terrible con una boca abierta y colmillos descomunales, y el monstruo fue derecho al niño pero éste echó a correr y corría más que el monstruo, y así pudo salvarse de él,..."

El empleo
p.45..."No sabía la señora Catalina lo que iba a ser de él: tan delgadillo, tan moreno, con unas manos tan delicadas y, sobre todo, con esas ensoñaciones o ausencias. Y entonces fue cuando se les ocurrió, por lo mandible y cariñoso que era especialmente también, que de lo que haría muy bien era de enfermero y acompañador de enfermos en el hospital..."

El hospital
p.48..."No quería el director que el mocito envejeciese tan pronto como él había envejecido....
Pero el mocito no se asustaba, sino que andaba allí tan tranquilo entre las camas....
...Pero los mismos cirujanos y médicos le pedían su ayuda, y para que aprendiese.....
Le ponían, otras veces, a asistir por las noches, y el director le daba un libro, o tenía permiso para tomarlo entonces."

Socius turturis     
p.52..."se tenía que acostumbrar poco a poco, según iba aprendiendo cómo se llamaban las cosas en latín y cómo estaba hecho el mundo"...

Leviathán
Giacomo Rossignolo 
Fresco 'El juicio final' 1555 - Boves (Italia)
(imagen de internet)

"Y cuando los estudiantes preguntaban que cómo eran los cocodrilos y caimanes, el maestro italiano decía que esas Potestades y Dominaciones de los Imperios  eran también como grandes ballenas o Leviathanes sanguinarios que había en los Oceános, y entonces les enseñaba los dibujos de las historias de Plinio"...
[...]"y entonces el mocito no se atrevía a decir que él había visto una ballena o Leviathán en el río Zapardiel, viniendo de Arévalo, que ya ni se acordaba siquiera, pero que un monstruo como éstos sí le habían dicho que era.
...Pero, con mucho, lo que más le gustaba al mocito era cuando tenía que aprender versos sobre las abejas o los bueyes, la estrella de la noche y las sombras de los árboles; y sobre todo cuando aprendía lo de la tórtola...
..."Y entonces, se acordaba de la tórtola sola mirándose en el agua. ¡Pobrecilla también! ¿No?"

La huida
p.54 "Los torreones del castillo de Medina le parcían muy altos al mocito, 


demasiados altos y altísimos, cuando oía contar siempre que de allí , de uno de ellos se había descolgado un príncipe hacía muchos años."

El paño fuerte
p.56..."Bien escondido y reservado que lo tenía el mozo de Fontiveros que estaba en el hospital, pero ellos le habían leído los versos que había estado haciendo sobre un pastor y una pastora, y el río y los árboles, y el penar y la ausencia, o qué sé yo..."

https://www.youtube.com/watch?v=TnvMMZpRKm8
...Pastores, los que fuerdes
Cántico espiritual, de Amancio Prada en 1977
"Obra musical del poema acompañando su voz de guitarraviolín y violonchelo"

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..."cuando a la señora Catalina la preguntaban qué cómo era que su Juan se había ido a los frailes del Carmelo, que eran unos frailes de nada, contestaba:
- Para saber." 



La recomendación
..."[la señora Catalina]...cuando ya se enteró de que iban a mandarle a estudiar a Salamanca se ponía algo triste, aunque también se contentaba mucho.
quien estaba en Salamanca allí donde estudiaban los estudiantes y era mucho catedrático era uno de Cantalapiedra, o sea que como ellos eran de Fontiveros, pues eran paisanos; y que éste de Cantalapiedra se llamaba Martínez e iba mucho a Medina a comprar libros a los flamencos y a los moros, de manera que, con decirle que, con decirle que ella tenía allí un hijo en Salamanca, que estaba allí estudiando, se le recomendaría porque los paisanos tiran mucho.
[...][el de Cantalapiedra]echó a andar muy arrogante, terciándose el manteo, y llevaba un libro en una mano, y venía como hacia ellos, así que pasaron mucho miedo; menos mal que pasó un poco de largo y luego se encontró con otro clérigo"... 
  
La librería
p.61 "Y para que supiera más le mandaron, por fin, al frailecillo Juan a Salamanca, que era una ciudad como Roma o Constantinopla de grande por lo menos, y siempre estaba llena de gente de estudiantes por el día y hasta por las noches [...]y había tiendas de todas clases y librerías..."



[...]"Sólo que el frailecillo Juan tenía que estudiar sus Artes, que le habían mandado, y tenía mucho que estudiar en los escolásticos, y luego tenía que rezar en su convento y servir a la mesa, o fregar y hacer los otros oficios. Aunque se le iban los ojos tras los libros y las poesías, y todas las novedades que oía de la Biblia y los caldeos...
...el frailecillo Juan se dio cuenta con el rabillo del ojo que allí estaban ellos en un rincón: el Maestro Martínez el de Cantalapiedra, y el Maestro León... estaban, allí en la oscuridad, hablando: tú-tú-tú, tú-tú-tú, que no se les entendía nada
...Y cuando el frailecillo Juan pasó con su compañero [...]fue el Maestro Martínez y le dijo:
- Que somos paisanos, ¿eh?
-Sí -contestó Juan, todo azorado 
Y entonces, fue el fraile agustino, que hacía versos, el Maestro León y, dejando de hacer chis-rris-chis-chis a la alondra, le sonrió." 

El poste

p.64 "El Maestro León tenía un huerto que tenían allí los frailes agustinos en Salamanca ...
...cuando acababa la lección de cátedra en el aula, se ponía allí en un poste que había en la salida para que le preguntaran
[...]estando un día el Maestro León en su huerto, vieron él y sus compañeros que estaba platicando allí, a una alondra... "

La fiesta
p.67 "Cuando se le pasó ya el tiempo que tenía que estudiar y le ordenaron, el frailecillo Juan volvió a Medina del Campo a cantar la primera misa donde su madre ya ha había preparado todo para la fiesta"
Continuará


El mudejarillo

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A modo de comentario

He entresacado unos fragmentos de este librito 'El mudejarillo' en el que todas sus páginas están bañadas de poesía, las cuales deberemos terminar, y volver a repasar, y releer con tiempo y con mimo. 
Nos conmueve la timidez, y bondad del frailecillo
Su madre, con sus advertencias para que se protegiese del frío
La timidez de los humildes ante los más poderosos, Juan Perea y Catalina de Yepes, en el pasaje de acercamiento al catedrático Martínez de Cantalapiedra, su paisano, al final no llevado a cabo. Y cómo son ellos los que acaban aceptando la encomienda y la recomendación de sus vecinos.
Y el autor no deja el humor, que nos conmueve y hace reír, cuando nos relata el encuentro con el monstruo, y la ingenuidad candorosa de las gentes sencillas.
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7 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Una espiritualidad sin sermones, así es "El mudejarillo". Juan se queda absorto ante la belleza de lo más natural, de lo mas simple, del agua que mana. Lo que no le impide vendar con mano suave, poner la mano en la frente, ir por la bacinilla, cantar a sus enfermos, esconderles el espejo...¡pobrecillos!

Leemos despacito y volvemos a leer. Veo que tú también lo has disfrutado. Un abrazo, Gelu.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Abejita de la Vega:

Continuaré con ‘El mudejarillo’. Hay imágenes que me han encantado.
Sobre la próxima lectura, en esta ocasión no me compraré el libro de ‘Los pazos de Ulloa’, pues -cuando estuve en Burgos-, lo vi entre otros de la Pardo Bazán, de ediciones antiguas. Utilizaré lo que nos ofrece la Red, en wikisource.

Abrazos.

Ele Bergón dijo...

Estoy de acuerdo contigo en tu comentario particular y me ha hecho pensar que quizá El mudejarillo, sea en realidad como debió ser San Juan de la Cruz, lleno de poesía, de humanidad, con ironía, fuerte, valiente, parco en palabras, pero cargadas de verdad, sencillo, sufrido, gran conocedor de nuestro idioma y del latín...En fin lo que es este delicioso libro .

Besos

Ele Bergón dijo...

Me encanta Amancio Prada y he tenido la suerte de verlo dos veces en directo. Es algo íntimo y bello .


Besos

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, Luz:

El pobre debía ser poquita cosa de físico. Como nos recuerda Wikipedia, la Madre Teresa de Jesús decía «mi medio fraile».
Tengo que hacer una entrada con unos artículos preciosos que José Sánchez Rojas escribió sobre él.
'El mudejarillo', me ha recordado a Cipriano Salcedo, de 'El hereje' de Miguel Delibes.

Abrazos

P.D.: Tengo casi todos los discos de Amancio Prada. Me faltaba ‘Vida e Morte’ de 1974, que estaba descatalogado. En un concierto inolvidable, le saludamos al final de la actuación, y se lo decía en una nota. Días más tarde, recibí una cinta cassete grabada y escritos los títulos por él.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Ese conflicto entre los humildes y los poderosos... y el humor y el lirismo... Gracias por Amacio prada, lo tenía olvidado en no sé qué l lugar de la memoria. besos.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Ay, la importancia de una letra.
[la mujeruca]..."¡Fray Juan! ¡Fray Juan! ¡Que se le ha caído una letra!
Y cuando le alcanzó se la dio, y él la cogió y se la guardó en el pecho, y la dio las gracias y la sonrió.
-Era la letra más importante -dijo.
-Pero, ¿qué letra era?
-No sé -repitió la mujeruca.
Porque no sabía leer"...

Abrazos.

P.D.: Amancio Prada, siempre favorito.